La producción de textiles es una de las industrias más contaminantes del mundo, y ciertas telas en particular contribuyen en gran medida a la degradación ambiental. En este sentido, algunas de las telas más contaminantes en el mundo son el poliéster, el nylon y el rayón.
El poliéster es una tela sintética que se produce a partir de productos químicos derivados del petróleo. Es popular debido a que es barata y duradera, pero su producción y su eliminación son altamente contaminantes. En su producción se liberan grandes cantidades de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero, y al desecharse tarda siglos en descomponerse en vertederos.
El nylon también es una tela sintética derivada del petróleo, y su producción es igualmente contaminante. Además, cuando se lava, las fibras de nylon pueden desprenderse y terminar en los océanos, donde se acumulan en los ecosistemas acuáticos y afectan la vida marina.
El rayón es una tela hecha a partir de celulosa, pero su producción implica el uso de productos químicos tóxicos y altamente contaminantes, como el disulfuro de carbono. Estos químicos son dañinos para la salud humana y para el medio ambiente, y la industria del rayón ha sido responsable de contaminar el agua y los suelos en las zonas de producción.
Estas telas contaminantes tienen un impacto significativo en el medio ambiente y en la salud humana. Además de los impactos ambientales mencionados, su producción y su uso también contribuyen a la emisión de gases de efecto invernadero, y pueden ser perjudiciales para la salud de los trabajadores de la industria textil. Por lo tanto, es importante tomar en cuenta estas consideraciones al elegir nuestra ropa, y optar por telas más sostenibles y amigables con el medio ambiente.